lunes, 23 de mayo de 2011

Venezuela: La creación del Ministerio de la Juventud y los Estudiantes

Escrito por Elías Chacon (JPSUV-Miranda)

Hace aproximadamente dos meses, el camarada Presidente Chávez presentó la propuesta de creación de un ministerio para la juventud y los estudiantes. Si bien la propuesta ha recibido una gran acogida por parte de la juventud revolucionaria de nuestro país, la cual se ha reflejado en los numerosos debates que al respecto se han realizado tanto a nivel local como regional, es muy importante que examinemos la propuesta con mayor profundidad, debido a las implicaciones que la misma conlleva.

 
La creación de un ministerio para la juventud y los estudiantes, significaría que la juventud revolucionaria organizada de nuestro país contará con una suma considerable de recursos materiales, y concretamente económicos, para llevar a segmentos cada vez mayores de la juventud venezolana las políticas sociales de la revolución (misiones educativas y de salud por ejemplo), así como también, políticas culturales, deportivas y laborales que permitan elevar la calidad de vida de esta población, con la perspectiva de politizar en un sentido revolucionario a una parte importante de la juventud venezolana que todavía no interviene ni participa activamente en el partido ni en los espacios de acción revolucionaria, ya sea en las comunidades o en los centros de trabajo.
Esto es un hecho de suma importancia y trascendencia para nuestra revolución, sobre todo cuando ya en el horizonte se avizora la batalla electoral del 2012. Ahora bien, por otro lado, la creación de este ministerio, que se supone estará dirigido por la vanguardia organizada de la juventud revolucionaria venezolana, implica a su vez la inserción formal y definitiva de la dirigencia revolucionaria juvenil en el aparato burocrático del estado burgués, con todas las consecuencias que ello traerá.
Al crearse un ministerio para la juventud se crea un aparato cuyo funcionamiento, si bien es cierto que puede ayudar en el logro de reivindicaciones importantes terminará degenerándose por la propia naturaleza del estado burgués, que siempre tratará de someter dicho funcionamiento a su entramado de relaciones políticas, sociales y económicas altamente reaccionarias y burguesas.
Por lo tanto, hay dos elementos esenciales a tomar en cuenta a la hora de entender el carácter burgués del estado y cómo transformarlo. El 1er elemento es el salario de los funcionarios. Cuando los obreros y campesinos de la ciudad de París (Francia) tomaron el poder en 1871 y establecieron el primer estado socialista de la historia humana, se dieron cuenta de que los altos salarios, gastos suntuarios y demás privilegios de los funcionarios del estado burgués eran una de las causas del burocratismo, por ello, para construir un estado socialista, un estado del pueblo trabajador, fijaron como salario máximo para los funcionarios el salario de un trabajador calificado.
Marx y Engels explicaron esto científicamente planteando que las condiciones de vida de una colectividad determinan la forma cómo ésta ve y entiende al mundo, por lo tanto, mientras la burocracia (y al decir burocracia nos referimos a todos los cargos directivos dentro del estado por ej. directores, gerentes, ministros, viceministros, y funcionarios altamente remunerados como jueces, consultores, etc.), viva bajo las condiciones de opulencia y privilegios que hoy en día posee, entenderá la revolución desde el punto de vista de la defensa de sus privilegios, lo que implica la defensa del sistema capitalista, que es la base de esos privilegios (aunque esto se haga de manera disfrazada), y no entenderá nunca la revolución desde el punto de vista de la necesidad de luchar por la abolición definitiva del capitalismo y por la construcción del socialismo, como única esperanza para la verdadera dignificación y emancipación de nuestro pueblo.
El otro elemento clave es el poder para la toma de decisiones. Mientras las principales decisiones dentro del estado estén en manos de su dirigencia burocrática, sin ningún control de los trabajadores del estado ni del pueblo en su conjunto, el estado seguirá siendo un aparato al servicio de la burguesía, es por ello que los comuneros de París establecieron la elección por la base de todos los funcionarios del nuevo estado que estaban forjando y también establecieron la revocabilidad inmediata por parte de la base de cualquier funcionario que no cumpliera con el mandato del pueblo.
Estas medidas fueron analizadas por Marx y tomadas por Lenin décadas después como principios esenciales del Estado Obrero que se constituyó durante la Revolución Rusa de Octubre de 1917. Ahora bien, los marxistas consideramos que es necesario asumir estas medidas revolucionarias como principios del nuevo ministerio que se creará, como única forma de poder luchar dentro de éste contra su degeneración y burocratización, y para forjar a este ministerio por lo tanto, como un verdadero instrumento para la construcción del socialismo.
Proponemos la creación de Comités Juveniles Revolucionarios del Poder Popular como organismos de poder local que permitan organizar la toma de decisiones en dicho ministerio desde las bases. Asimismo tales comités pueden servir para organizar a nivel nacional la elección de los funcionarios que conformarán el ministerio, así como también para la organización de la estructura ministerial sobre bases auténticamente socialistas y revolucionarias.
Sólo organizándonos desde la bases y luchando por hacernos escuchar y sentir, las bases podremos forjar al nuevo ministerio como una herramienta para la construcción del socialismo. 

¡Los y las jóvenes revolucionarias queremos un ministerio para abolir el estado burgués y construir el socialismo, no para darle más fuerza a la burocracia! 
 
¡Qué viva la juventud obrera, campesina y estudiante!

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