Son miles y miles los jóvenes, los trabajadores, los campesinos, los estudiantes del mundo los que tienden su solidaridad política y combativa al pueblo Bolivariano.
Estamos a punto de entrar en una batalla determinante para el futuro de todos. No serán solo los venezolanos los que irán a las urnas, sino que seremos millones los que también acudiremos con el alma para derrotar, una vez mas, al imperialismo en el terreno electoral.
Tenemos la seguridad de que venceremos a pesar del peso muerto de la burocracia que debemos arrastrar como pesadas cadenas que frenan el avance necesario que debe tener la Revolución para llegar al punto de no retorno. Un punto al que hay una sola manera de llegar: desarmando a la burguesía y sus agentes escuálidos a través de la nacionalizacion de las palancas fundamentales de la economía para ponerlas al servicio y en manos de los trabajadores y el pueblo pobre.
En este sentido queremos compartir con ustedes una nota escrita por el compañero Alan Woods, impulsor de la campaña "Manos Fuera de Venezuela" y dirigente de la Corriente Marxista Internacional.
Un profundo aporte al debate, desde el Marxismo, de como fortalecer le Revolución y un llamado internacionalista a votar por el compañero presidente Hugo Chavez.
Invitamos a todos a leerlo y a sacar sus propias conclusiones.
Elecciones en Venezuela: Por qué la Corriente Marxista Internacional apoya a Chávez
La elección presidencial del 7 de octubre representa un momento decisivo en la historia de Venezuela. El resultado de estas elecciones tendrá un gran impacto en todo el continente americano e internacionalmente. No hace falta decir que la Campaña Manos Fuera Venezuela está apoyando activamente al candidato bolivariano Hugo Chávez, y luchando contra cualquier intento de la oligarquía y del imperialismo para sabotear las elecciones. La CMI defiende firmemente la reelección de Hugo Chávez ¿Por qué hemos tomado esta posición
La
victoria de Hugo Chávez en 1998 representó un avance histórico de los
obreros y campesinos de Venezuela. Según la Comisión Económica de la ONU
para América Latina (CEPAL) hubo una reducción del 21 por ciento de la
tasa de pobreza entre 1999 y 2010. El analfabetismo ha sido abolido. Por
primera vez se ha proporcionado atención médica gratuita a los pobres.
Todos
estos logros se verían amenazados con una victoria de la oposición. Es
el deber elemental de todo revolucionario genuino defender estos logros.
El que no es capaz de defender las conquistas del pasado nunca será
capaz de avanzar hasta la victoria final.
La
afirmación de la oposición de que no van a revertir las reformas de
Chávez no es de fiar. Tomemos un solo ejemplo: La Misión Vivienda ha
construido miles de viviendas para los pobres. En mayo, el ministro de
Información, Andrés Izarra, anunció que el programa estaba en el camino
de conseguir el objetivo de 200.000 unidades fabricadas desde su inicio
en 2011. La firma encuestadora Hinterlaces indica
que, con un índice de aprobación del 76 por ciento, la Misión Vivienda
es el programa social más popular del gobierno. Sin embargo, la
coalición opositora MUD llama a la Misión Vivienda "un fraude y un
fracaso" y critica al gobierno por la expropiación de tierras para
construir viviendas.
Cuando
Capriles ganó la gobernación del Estado Miranda en 2008, desató a sus
seguidores contra los médicos cubanos que participan en los programas de
salud de la revolución, y trató de cerrar de manera generalizada los
distintos programas sociales, expulsarlos de los establecimientos
pertenecientes a la gubernatura, etc. Sólo la movilización activa del
pueblo en las calles logró defender las conquistas de la revolución.
La
nueva Ley del Trabajo, recientemente aprobada, redujo la semana laboral
de 44 a 40 horas; y la licencia maternal pre y postnatal, con salario
garantizado, se ha aumentado de 18 a 26 semanas. Al salir de una
empresa, por la razón que sea, los trabajadores recibirán un pago en
base a su último salario mensual multiplicado por el número de años de
servicio -una demanda sindical importante. Esto ocurre en un momento en
que en Europa, todos los gobiernos están empeorando las condiciones
laborales de los trabajadores.
Capriles
ha atacado la ley sobre la base de que "no hace nada para combatir el
desempleo ni para beneficiar a los que tienen empleos ocasionales no
protegidos". Eso significa que estas reformas serían abolidas por la
oposición.
Pero
no se trata sólo de defender las conquistas de los últimos 13 años, de
la preservación de las reformas, los avances en salud y educación, las
misiones y otros programas en beneficio de los trabajadores y de los
pobres. Es, sobre todo, la necesidad de derrotar a la contrarrevolución
burguesa y así preparar el camino para un avance decisivo de la
Revolución, que aún no ha logrado sus objetivos fundamentales.
La
oposición dice que está defendiendo la "democracia" contra la
"dictadura". Pero esta misma oposición estuvo detrás del fallido golpe
de Estado de 2002. Si hubieran tenido éxito entonces, habría sido el fin
de la democracia en Venezuela. El ejemplo de Chile muestra el destino
que le habría esperado. Capriles mismo, como alcalde del distrito
caraqueño de Baruta, participó en el intento de asaltar la embajada
cubana durante el golpe de abril de 2002, en flagrante violación de su
estatuto diplomático.
La
oposición burguesa demostró su desprecio por la democracia y por las
elecciones cuando decidió boicotear las elecciones nacionales de 2005.
Ahora, sin embargo, los líderes de la oposición están mostrando un
entusiasmo sorprendente por la "defensa" de la Constitución de 1999 -a
la que siempre se han opuesto con uñas y dientes pese a que fue aprobada
por una abrumadora mayoría en un referéndum popular.
Nadie puede poner la más mínima confianza en las credenciales democráticas de la oposición.
Lo que defiende la oposición
La
oposición dice representar a las clases medias. Pero eso es mentira. La
oposición representa los intereses de la oligarquía -los grandes
terratenientes, banqueros y capitalistas. Está completamente subordinada
a los imperialistas y a las grandes compañías petroleras que dominaron y
saquearon Venezuela durante generaciones.
Los
ricos odian a Chávez, porque lo identifican con la eliminación de la
propiedad privada. Ellos están motivados por el resentimiento de clase
hacia los pobres, que, después de generaciones de abandono, se han
beneficiado de los programas progresistas del gobierno. La oposición no
es el representante de la clase media, sino su explotador político.
El
candidato de la oposición, Henrique Capriles Radonski, se llama a sí
mismo un reformista. Él afirma que no defiende ningún tipo de ideología.
Hemos escuchado esta historia muchas veces: "Yo soy apolítico¨; es
decir, ¨soy de derecha". Pero basta con echar un vistazo al partido al
que pertenece este político "no ideológico", para comprender de
inmediato la situación real.
Capriles afirma ser "progresista". Dice que no repetirá las "políticas erróneas" del período anterior a 1998 en Venezuela. Pero los partidos que respaldan su candidatura fueron los responsables de estas políticas, que no eran para nada "errores", sino la expresión directa de los intereses de la camarilla de super-ricos que gobernaba el país.
Capriles afirma ser "progresista". Dice que no repetirá las "políticas erróneas" del período anterior a 1998 en Venezuela. Pero los partidos que respaldan su candidatura fueron los responsables de estas políticas, que no eran para nada "errores", sino la expresión directa de los intereses de la camarilla de super-ricos que gobernaba el país.
Pero
las masas no son ingenuas. Ellas no se dejan engañar por la demagogia
de Capriles. Ven que detrás de su máscara sonriente se oculta la
horrible fisonomía de la oligarquía, que, si vuelve al poder, las
pisoteará.
Capriles
pertenece al Movimiento Primero Justicia (MPJ), un partido burgués de
derecha que representa a la "empresa privada" y se opone a la
intervención del Estado en la vida económica. Esto es irónico en una
época en que la llamada "libre empresa" ha quedado en evidencia como un
fraude gigantesco a una escala global.
¿No
sabe el Señor Capriles que el sistema capitalista está en una crisis
profunda en todas partes? Cuando los bancos privados de los EE.UU. se
derrumbaron en 2008, ¿qué hicieron? ¿Se limitaron a cantar las alabanzas
de la "empresa privada"? No, salieron corriendo hacia el Estado y le
exigieron al gobierno que les entregara miles de millones de dólares de
dinero público para salvarlos.
El
fracaso de la "empresa privada" es la razón por la que todos los
gobiernos de Europa se encuentran profundamente endeudados. Dicen que no
hay dinero para escuelas, hospitales y jubilaciones, pero sí hay un
montón de dinero para los banqueros. (CONTINUA...)
En las últimas semanas, un dirigente de la oposición reveló un documento, escrito por los asesores económicos de la campaña de Capriles, con detalles sobre sus planes reales si llegara a ser elegido. El documento propone un plan de austeridad clásico, que plantea recortes en las jubilaciones, el gasto social, los programas sociales, la "apertura" de PDVSA y de otras empresas estatales a la inversión privada, etc. El plan es tan escandaloso que llevó a cuatro partidos más pequeños de la plataforma conjunta de la oposición, la Mesa de Unidad Democrática (MUD), a retirar su apoyo a Capriles. Y toda una serie de otras figuras de la oposición también se distanciaron de él.
En las últimas semanas, un dirigente de la oposición reveló un documento, escrito por los asesores económicos de la campaña de Capriles, con detalles sobre sus planes reales si llegara a ser elegido. El documento propone un plan de austeridad clásico, que plantea recortes en las jubilaciones, el gasto social, los programas sociales, la "apertura" de PDVSA y de otras empresas estatales a la inversión privada, etc. El plan es tan escandaloso que llevó a cuatro partidos más pequeños de la plataforma conjunta de la oposición, la Mesa de Unidad Democrática (MUD), a retirar su apoyo a Capriles. Y toda una serie de otras figuras de la oposición también se distanciaron de él.
Los
trabajadores y los campesinos comprenden lo que está en juego. En cada
giro decisivo se han unido para defender la revolución contra sus
enemigos: los terratenientes, banqueros y capitalistas, y los
imperialistas que están detrás de ellos. Ellos entienden que un voto a
Chávez en estas elecciones es el voto en contra de volver a los viejos
tiempos, cuando un puñado de oligarcas ricos decidían todo y la mayoría
de los pobres no contaba para nada.
Pese
a las afirmaciones de la oposición de que está ganando, Chávez está
actualmente encabezando las encuestas. La encuesta de Datanálisis dio a
Chávez una ventaja de 43,6 por ciento frente al 27,7 para Capriles.
También mostró que el 62,4 por ciento de los votantes consideraba que el
desempeño del presidente estaba por encima del promedio, mientras que
sólo el 29,4 por ciento lo consideran deficiente. Estos datos pueden ser
creídos, ya que el dueño de Datanálisis, Luis Vicente León, es bien
conocido por ser un partidario de la oposición.
Capriles y el imperialismo de EEUU
Chávez
es considerado el Enemigo Público Número Uno de Washington, que lo ve
como el instigador principal de la oposición al imperialismo de EEUU en
América Latina. Chávez condenó enérgicamente el golpe de Estado contra
el presidente Fernando Lugo de Paraguay. Impulsado por sus amigos en el
Departamento de Estado de EE.UU., Capriles criticó a Chávez por retirar a
su embajador de Asunción y cortar el suministro de petróleo a Paraguay.
Capriles
se compromete a restablecer las relaciones de amistad con los EE.UU.;
es decir, hacer de Venezuela un socio servil de Washington, como lo fue
en el pasado. Promete una revisión a fondo de los programas de ayuda y
de las alianzas de Venezuela con el resto de América Latina. Eso
significa una ruptura con Cuba, Bolivia, Ecuador y Nicaragua, para
complacer a sus "aliados" al norte del Río Grande.
Poco
antes de dimitir como presidente del Banco Mundial en junio, Robert
Zoellick, declaró que "los días de Chávez están contados" y, con la
eliminación de los subsidios extranjeros de su gobierno, otras naciones
como Cuba y Nicaragua "estarán en problemas". Zoellick ve una victoria
de Capriles como "una oportunidad para hacer del hemisferio occidental
el primer hemisferio democrático del mundo" en oposición a un "lugar de
golpes de Estado, caudillos y cocaína".
Estas palabras expresan con precisión la actitud del imperialismo de EE.UU. hacia las elecciones del 7 de octubre, a las que ve como un acontecimiento decisivo. Si la oposición gana, significará retrasar el reloj a la situación anterior a 1998, cuando Venezuela era gobernada por los grandes monopolios norteamericanos. Pero si Chávez gana, será un duro golpe para la contrarrevolución, como Michael Penfold advierte en en Foreign Affairs: "Si Chávez gana en octubre, una gran mayoría del capital político de la oposición será reducido a polvo, y en muchos sentidos, será como volver a partir de cero. "
Estas palabras expresan con precisión la actitud del imperialismo de EE.UU. hacia las elecciones del 7 de octubre, a las que ve como un acontecimiento decisivo. Si la oposición gana, significará retrasar el reloj a la situación anterior a 1998, cuando Venezuela era gobernada por los grandes monopolios norteamericanos. Pero si Chávez gana, será un duro golpe para la contrarrevolución, como Michael Penfold advierte en en Foreign Affairs: "Si Chávez gana en octubre, una gran mayoría del capital político de la oposición será reducido a polvo, y en muchos sentidos, será como volver a partir de cero. "
Es
por eso que los imperialistas y sus agentes locales distinguen a Chávez
con un tratamiento especial. Las expropiaciones, la reversión de las
medidas económicas "neoliberales", la creación de una milicia popular,
la negativa a doblar la rodilla ante las presiones de Washington, los
ataques contra el capitalismo y el llamamiento a favor del socialismo
-todo esto es una mezcla peligrosa y explosiva que actúa como un
poderoso catalizador de las tendencias revolucionarias en América
Latina.
Sin
embargo, otro objetivo esbozado en la plataforma electoral de Chávez es
la expansión del poder de los consejos comunales. Varios cientos de
"comunas en construcción" van a participar en áreas tales como la
distribución del gas y del agua. Chávez propone promover la creación de
nuevas comunas que alcanzarían a representar al 68 por ciento de la
población. Las comunas deben concederse las mismas prerrogativas que
tienen los gobiernos estatales y municipales, incluyendo el presupuesto,
la participación en la planificación estatal y, eventualmente, la
recaudación de impuestos. Todas estas medidas representan un
cercenamiento gradual del Estado en la vida económica.
Los
imperialistas temen que una victoria de Chávez en octubre suponga una
mayor profundización del cambio en Venezuela. Chávez ha dicho que el
período 2013-2019 debe ver nuevas incursiones estatales en el comercio y
el transporte, en detrimento de los intermediarios, a través de la
creación de "centros de distribución locales para la venta y
distribución directa de productos". Esta tendencia hacia nuevas
expropiaciones puede llegar a amenazar la existencia misma del
capitalismo en Venezuela.
La verdadera diferencia
La
división entre los dos campos es la división entre dos clases
antagónicas: por un lado, los millones de pobres, trabajadores y
campesinos, pobres urbanos y capas inferiores de la clase media; por el
otro, los grandes terratenientes, banqueros y capitalistas, y la
acomodada y parásita clase media.
La
verdadera diferencia se centra en la cuestión de la propiedad privada:
la cuestión de la política económica y, en particular, las
expropiaciones. La gran mayoría de los partidarios de Chávez está
constituida por los estratos mencionados en primer lugar, que se
mantienen firmemente a favor del socialismo, por la expropiación de los
terratenientes y capitalistas.
La
burocracia bolivariana ha tratado de diluir el programa socialista.
Así, habla de una "economía mixta", en la que los monopolios y
oligopolios se enfrentarán a la competencia de las empresas públicas.
Esta es la vieja idea de una "tercera vía" entre el capitalismo y el
socialismo, que el presidente Chávez ha descrito correctamente como una
farsa.
No
es posible hacer media revolución. En última instancia, una clase debe
ganar y la otra clase debe perder. Las nacionalizaciones parciales no
pueden funcionar porque no se puede planificar lo que no se controla, y
es imposible controlar lo que no se posee. Una economía que sólo sea,
parcialmente, propiedad del Estado no puede ser debidamente planificada.
Al
mismo tiempo, todo intento de "regular" el capitalismo para tratar de
mejorar la situación de las masas (a través de los controles de precios,
controles de cambio de divisas, etc.) impiden el normal funcionamiento
de una economía de mercado, creando una situación caótica de inflación,
fuga de capitales, caída de la inversión, cierre de fábricas, escasez
artificialmente creada, acaparamiento y especulación con los alimentos
básicos, torpeza burocrática y mala gestión. En otras palabras, se
conseguirá el peor de todos los mundos.
El
sector privado, que todavía controla una parte significativa de la
economía, está en manos de los enemigos de la Revolución. Los
capitalistas están haciendo todo lo posible para sabotear la economía a
través de una huelga de capital. Hay que expropiar la tierra, los bancos
y las grandes empresas con el fin de poner fin a este sabotaje.
Pero
Capriles se ha comprometido a poner fin a todas las expropiaciones. "Yo
no voy a reñir con los empresarios ni con nadie más", dice.
¡Naturalmente! ¿Cómo se puede reñir con la gente cuyos intereses
representa, y a la que pertenece? Capriles mismo proviene de una familia
adinerada de negocios con intereses múltiples (bienes raíces,
industria, medios de comunicación). También es el ex alcalde del
municipio de Baruta, una zona adinerada de Caracas.
Él
promete crear tres millones de empleos durante su presidencia ¿Cómo
podría lograr este milagro? Aliviando las restricciones o las
condiciones a las inversiones extranjeras; es decir, entregando
Venezuela en un plato a las mismas grandes compañías petroleras
extranjeras que la saquearon en el pasado. No es casualidad que la
alianza de partidos que apoya a Capriles, la Mesa de la Unidad
Democrática (MUD), abogue por "flexibilizar" la legislación que asegura
el control estatal sobre la industria petrolera "para promover la
competencia y la participación privada en la industria".
La Revolución no ha terminado
Una
victoria de Chávez estimulará el giro a la izquierda en América Latina
en un momento en que el capitalismo está en una crisis profunda a nivel
mundial. Esto socavará aún más la influencia de EE.UU. en momentos en
que sus planes para Irak y Afganistán están en ruinas. En cambio, una
derrota de Chávez sería retrasar el reloj a la Venezuela anterior a
1999. Sería un duro golpe para la izquierda en todas partes. Y dejaría
completamente aislada a Cuba, proporcionando un poderoso impulso a los
elementos pro-capitalistas en la isla.
La
oposición ha tratado cruelmente de tomar ventaja de la enfermedad de
Chávez antes de la campaña electoral. Destacaron la "fragilidad" de
Chávez, en contraste con la supuesta buena salud juvenil y la energía de
su oponente. Además, añaden, los chavistas no tienen a nadie que pueda
ocupar su lugar. En esto tienen razón. Es una debilidad innegable del
movimiento bolivariano y del PSUV que dependan tanto de un solo hombre.
Chávez ha ido más lejos que ningún otro líder de América Latina en desafiar al imperialismo y al capitalismo, y en volver a colocar el socialismo en el orden del día. Esto merece un reconocimiento. Pero existen profundas contradicciones dentro del movimiento bolivariano, donde no todo el mundo está a favor del socialismo ni en contra del capitalismo.
Chávez ha ido más lejos que ningún otro líder de América Latina en desafiar al imperialismo y al capitalismo, y en volver a colocar el socialismo en el orden del día. Esto merece un reconocimiento. Pero existen profundas contradicciones dentro del movimiento bolivariano, donde no todo el mundo está a favor del socialismo ni en contra del capitalismo.
Cuando
Chávez fue elegido por primera vez presidente en diciembre de 1998, él
defendía más bien un vago programa que no mencionaba el socialismo. Pero
la vida enseña. Sobre la base de la experiencia, él se ha pronunciado a
favor del socialismo. Eso es un gran paso adelante. Sin embargo,
todavía necesita ser llevado a la práctica. Es cierto que han habido
algunos pasos hacia adelante: se han nacionalizado parcialmente algunos
sectores clave como las telecomunicaciones, el cemento y el acero. En
repetidas ocasiones Chávez ha atacado a la burguesía y a la oligarquía
(que son lo mismo) y se ha mantenido firme frente al imperialismo de
EE.UU.
Pero
la falta de control obrero en las industrias pesadas estatales, como el
acero, ha dado lugar a muchas dificultades y conflictos laborales. Los
trabajadores se resienten de la burocracia que está tratando de
empujarlos a un lado y usurpar el control del movimiento bolivariano.
Todos los intentos de los trabajadores para tomar la iniciativa e
introducir elementos de control y gestión obrera, por ejemplo, en las
industrias pesadas básicas de Guayana, con el apoyo del Presidente, se
han encontrado con una fuerte resistencia y el sabotaje abierto por
parte de la burocracia. Aprovechando la enfermedad del presidente, estos
elementos están hablando abiertamente de "chavismo sin Chávez". Esto
representa el mayor peligro para la Revolución.
Hoy,
trece años después de la primera elección de Chávez aún no se ha
alcanzado la victoria final. Mientras la tierra, los bancos y las
grandes empresas sigan en manos de la oligarquía, la Revolución
Bolivariana nunca estará a salvo. El profundo vínculo que existe entre
Chávez y las masas venezolanas es un reflejo del hecho de que Chávez las
despertó a la vida política y a la lucha.
La
verdad es que un gran sector de la burocracia bolivariana nunca estuvo a
favor del socialismo. Este sector ha estado conspirando constantemente
para poner freno a las expropiaciones y a la revolución y, sobre todo,
evitar que los trabajadores tomen el control.
Le Monde Diplomatique reveló
recientemente la actitud del ala derecha del movimiento bolivariano,
que ha estado durante mucho tiempo soñando con un "chavismo sin Chávez":
"En una visita a Brasil en abril de 2010, se le preguntó [a Chávez] si dejaría que emergiera otro líder. "Yo no tengo un sucesor a la vista", respondió. Pero puede haber un cambio de pensamiento. El año pasado, Chávez le dijo a un ex asesor, el académico español Juan Carlos Monedero, quien había advertido sobre el peligro del "hiperliderazgo” en Venezuela: "Tengo que aprender a delegar más poder". Durante su tratamiento médico prolongado, varios altos dirigentes llenaron el vacío y emergieron como posibles sucesores: el canciller Nicolás Maduro (un ex dirigente sindical), quien encabezó la comisión que redactó la nueva Ley de Trabajo, el vicepresidente ejecutivo Elías Jaua (popular entre los chavistas de base); el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello (un ex teniente del ejército con un enfoque pragmático y un fuerte respaldo en las fuerzas armadas). En mayo, el crítico Monedero comentó que anteriormente "algunos de nosotros vimos las dificultades de continuar con este proceso" sin Chávez, pero que "ahora hemos perdido el miedo, porque veo decenas de personas que podrían continuar el proceso sin ningún problema."
Que
haya "decenas de personas" a la espera de tomar el control del
movimiento bolivariano en el momento en que Chávez abandone la escena,
no lo dudamos. Pero los defensores del "chavismo sin Chávez" no tienen
ningún deseo de "continuar el proceso" de la Revolución. Por el
contrario, desean "continuar" el proceso de descarrilar la revolución
bolivariana, de diluir su programa para que sea aceptable para la
oligarquía, detener las expropiaciones y revertir todo el programa. En
otras palabras, desean poner en práctica el programa de la Quinta
Columna de la burguesía dentro del chavismo.
La
clave para el éxito de la Revolución es que el control del movimiento
esté en manos de la base, no de los burócratas y arribistas que han
hecho tanto daño a la causa bolivariana. Son los trabajadores y
campesinos quienes han sido la verdadera fuerza motriz de la revolución.
Ellos y sólo ellos, deben tener el control. Las únicas personas que
pueden conducir la revolución a la victoria son los obreros y
campesinos.
- ¡Derrotemos a la contrarrevolución!
- ¡Expropiemos a la oligarquía!
- ¡El poder, para los obreros y campesinos!
- ¡Llevar a cabo la revolución hasta el final!
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