Esto es una Lucha de Clases
Las clases sociales, se definen en
relación al papel que juegan los grupos sociales en torno a los medios
de producción. Entre los que poseen la propiedad privada sobre estos
medios o clase dominante, y los que se ven obligados a trabajar para
estos últimos, al no poseer propiedad alguna. Y no como la
“intelectualidad” burguesa nos quiere enseñar, que se refiere a la
división social en base a los ingresos que un individuo o familia recibe
como fruto del trabajo propio.
En la Venezuela colonial, al igual que
en todo el continente americano, estaban los esclavistas terrateniente
como clase dominante, y los esclavos como dominados, ya que el principal
medio de producción era la tierra y la propiedad de esta era de una
pequeña oligarquía, que mantenía bajo su dominio a la mayoría de la
población por medio de la esclavitud.
En la actualidad la tierra como medio de
produccion paso a segundo plano, y fue reemplazada por las industrias,
las fábricas, las empresas, etc. Y la nueva clase dominante es la
burguesía, que posee la propiedad privada de estas compañías, mientras
que los dominados somos la clase trabajadora, aquellos que no tenemos
propiedades y que nos vemos forzados a trabajar por un salario para
poder subsistir, mientras los burgueses emancipados de todo trabajo
físico y mental, simplemente son los encargados de tomar las decisiones
que en definitiva son ejecutadas por los trabajadores.
En la historia de la sociedad humana
dividida en clases, siempre ha existido un conflicto perenne entre las
clases, cuando la oligarquía colonial, por ejemplo, azotaba a los
esclavos, existía un conflicto, entre una clase que imponía sus
intereses (los terratenientes), sobre la otra (los esclavos). En nuestra
época existe también un conflicto de intereses entre patronos y
trabajadores, por una lado la primera quiere pagar menores salarios,
vender más caro los productos terminados, y que los trabajadores
aumenten la producción, sin recibir mayor paga; mientras que los
trabajadores quieren ganar más, trabajar menos, y poder comprar bienes y
servicios a menores costos. Este conflicto perenne entre clases
antagónicas, donde no hay caminos intermedios y donde sólo una puede
salir beneficiada, se denomina Lucha de Clases.
Cuando se beneficiaba a la oligarquía
venezolana con las póliticas neo-liberales durante toda la IV República,
también se aplastaba enormemente la calidad de vida de los
trabajadores, pero cuando aumentamos salarios y regulamos precios,
obviamente en beneficio de los trabajadores, estamos limitando, aunque
por sólo un poco, la tasa de ganancia de los empresarios. No hay forma
de beneficiar a ambas clases a la vez. O defendemos los intereses de los
trabajadores, o los de la burguesía.
Esto quedó claramente demostrado, cuando
el presidente Hugo Chávez, recién comenzando su gobierno, incluso antes
de declarar el rumbo de la revolución hacia el socialismo –
inicialmente el comandante Chávez pensaba posible una tercera vía entre
el Capitalismo y Socialismo, luego en la practica se dio cuenta que sólo
el Socialismo puede darle la mayor felicidad social posible al pueblo
–, y luego de una reforma en la Ley de Hidrocarburos, y una tímida
Reforma Agraria, fue el suficiente detonante para que la burguesía del
país llevara a cabo un golpe de estado criminal.
La nacionalización de la industria
petrolera, y de un pequeño porcentaje de las tierras fértiles del país
en manos de latifundistas parasitarios, significaría luego la conquista
de derechos fundamentales para la clase trabajadora y el pueblo – ya que
por ejemplo justamente desde la expropiación de PDVSA se logró el
surgimiento y financiamiento de todas las misiones sociales del país –,
esto sólo fue posible arrancándole privilegios a la burguesía petrolera y
latifundista del país. Estos es precisamente una manifestación de la
Lucha de Clases.
¿Qué espera la burguesía de un gobierno de conciliación?
Todas
y cada una de las conquistas de la revolución para el beneficio del
pueblo, han sido gracias a la eliminación de privilegios y poderes de la
clase dominante del país – no sólo del poder político que mantenían
gracias a los gobiernos aliados durante toda la historia republicana de
Venezuela, hasta la llegada de la Revolución –. Las regulaciones de
precios, aumentos de salarios, inamovilidad laboral, etc. significan
limitaciones a las tasas de ganancias de la burguesía (aunque sea por un
poco), lo cual afecta sus intereses.
Es por esto que cualquier llamado a la
burguesía del país a trabajar en beneficio del pueblo, vendiendo a
precios justos de forma voluntaria e invirtiendo sus capitales para el
desarrollo de las industrias y tierras del país, es exactamente igual a
llamar a los trabajadores a que trabajen más horas por salarios más
bajos, con el único objetivo de beneficiar a los empresarios.
No tiene sentido pedir a la burguesía
que deje de lado sus intereses de clase para defender intereses
populares, que les son antagónicos y adversos, y que significan perdidas
para ellos mismos. Por lo tanto, mientras se mantengan las condiciones y
conquistas que ha logrado la revolución, no hay forma de que la
burguesía cese en la guerra económica y en su empeño de derrocar al
gobierno, para instaurar uno subordinado a sus intereses.
Cualquier gobierno que espere contar con
el favor de la burguesía, debe en primer lugar gobernar en beneficio de
los intereses de esta, y esto significa dejar de lado los intereses del
pueblo, e incluso tomar medidas que sean abiertamente anti-populares.
Algo que ocurrió en el pasado de Venezuela, y especialmente en toda la
IV República. Es por esto que sólo las políticas mas neo-liberales, que
destruyan por completo todas las conquistas de la revolución, pueden
satisfacer a la burguesía (nacional e imperialista).
Entre algunas de las medidas que pide la
burguesía para cesar la guerra económica están principalmente: 1.-
liberación del dólar (no para poder importar libremente, puesto que es
algo que ya hace, sino para guardar sus capitales en el extranjero), 2.-
flexibilización de las relaciones laborales (volver a la antigua Ley
Trabajo y la eliminación de la Ley de Seguridad Laboral, LOPCYMAT, con
lo que la burguesía puede explotar más y mejor a la clase trabajadora),
3.- desregulación de los precios y el mercado en general (de tal manera
que sea la burguesía, en base a sus intereses de clase, que decida
cuanto, como y a que precio se produce), 4.- Privatización de las
industrias expropiadas, y no más expropiaciones (y con esto acabar
cualquier tipo de organización de los trabajadores – Consejos de
Trabajadores, Consejos de Fábricas e incluso Consejos Campesinos).
Como vemos, sólo la destrucción de las
principales conquistas de la revolución en los planos económicos,
laborales e incluso sociales, pueden satisfacer los intereses de la
burguesía.
Como solucionar los problemas económicos del país
Ahora bien, incluso una burguesía
satisfecha y en favor del gobierno, no significa que esta se va a
prestar para beneficiar los intereses de su clase antagónica. Más aun
tampoco significa de que pueda jugar algún papel progresista, ya que
antes de desarrollar las fuerzas productivas del país, deben primero
romper con las ataduras que le someten al imperialismo.
Desarrollar las industrias y el campo,
en otras palabras, desarrollar el Capitalismo en un país donde este está
atrasado, significa que las industrias nacionales deben abastecer los
mercados que en la actualidad son propios de las burguesías
imperialistas, o sea las burguesías nacionales deben competir contra los
gigantes monopolios internacionales, y destronarles.
De
la misma forma que las burguesías de un país no se quedarán de brazos
cruzados mientras un gobierno progresista les quita privilegios para
brindarles conquistas sociales al pueblo, una burguesía imperialista
tampoco puede permitir que una burguesía de un país “inferior”, les
quite los mercados que en la actualidad ellos controlan y que les
permiten colocar sus productos. Adicionalmente, las poco desarrolladas
burguesías de Venezuela también dependen del capital de los bancos del
imperialismo, no sólo porque es donde guardan sus capitales propios,
sino también porque es donde obtienen los prestamos que utilizan para
sus operaciones (no olvidemos que la burguesía parasitaria de los países
del capitalismo atrasado, no invierten su propio capital, sino el de
prestamos y terceros).
Esto quedó de manifiesto durante la IV
República, la burguesía, incluso con gobiernos aliados y complacientes,
no fueron capaces de desarrollar el país, ni romper con el imperialismo.
Por el contrario, se apostaron a los pies de este, sometiéndose
voluntariamente a sus intereses. Es por esto que no podemos esperar que
la burguesía juegue algún papel progresista, incluso de satisfacer los
pedidos de la burguesía, gobernando en base a los intereses de esta
clase y en contra del pueblo, con el fin de acabar con la guerra
económica, el mayor avance que podemos lograr es sólo eso, derrotar la
guerra económica, cualquier profundización en el desarrollo de la
economía del país, significa una amenaza en contra del imperialismo y
sus burguesías quienes controlan los mercados mundiales. Ademas las
burguesías del país son en extremo débiles, para competir con los
monstruosos monopolios globalizados.
“Sólo el pueblo salva al pueblo”, y sólo
los intereses de la clase trabajadora son los intereses del pueblo en
general. Si la economía sigue siendo dirigida por la burguesía, seguirá
sometida a sus intereses. Por el contrario, sólo una economía
planificada democráticamente por la misma clase trabajadora puede
desarrollar el país en beneficio de las mayorías y no de unos pocos.
Para esto es necesario nacionalizar bajo control obrero (y no bajo la tutela de la burocracia; ya ha quedado comprobada su ineficiencia en las industrias básicas nacionalizadas) todas las palancas de la economía
actualmente en manos de la oligarquía – los monopolios nacionales e
internacionales, los latifundios y toda la banca privada –. Si la
nacionalización de PDVSA representó ingresos de capital suficientes para
llevar adelante todos los proyectos progresistas de la revolución. Una
economía totalmente planificada y en beneficio del pueblo pudiera
multiplicar todas estas conquistas, y traer muchas conquistas nuevas.
Entre tantas otras cosas, podemos
nombrar: salarios por encima de la cesta básica; empleo pleno bajo
condiciones laborales óptimas que no impliquen desgaste de la salud por
enfermedades ocupacionales, eliminando a corto plazo la pobreza de raíz,
y a un mediano o largo plazo la inseguridad, la violencia en las
calles, etc.; alimentos y medicinas de calidad, a bajos precios y de
total disponibilidad (eliminando el acaparamiento y la escases);
seguridad social para todos los discapacitados y adultos mayores, hayan o
no cotizado para el IVSS; educación y sanidad pública de mayor calidad e
incluso más accesible para todos (al eliminar también la educación y
salud privadas); viviendas de calidad a bajos costos, pudiendo incluso
trasladar los habitantes de barrios enteros a zonas con pleno acceso a
los servicios básicos y fuentes de empleo; desarrollos tecnológicos y
científicos en base a los intereses del pueblo y no bajo la lógica del
capital, lo cual puede acabar con enfermedades que las farmacéuticas no
se interesan en curar, ya que tiene una mayor rentabilidad con
paliativos y calmantes (por ejemplo el SIDA, la diabetes, etc.), y
muchas otras más.
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